Si, en realidad, sólo queremos un portátil para poder jugar a la consola y tenerlo, en todo momento, sobre la mesa, entonces, podremos aceptar más peso, ya que esto va a significar mejores prestaciones de pantalla, disco o de procesador.
→ Ser resistente a golpes. También, la robustez o la fragilidad de un equipo es muy importante, ya que va a depender del uso que le vamos a dar a nuestro portátil. Si vas a mover el equipo con bastante frecuencia, entonces, se recomienda que tenga un peso y unas dimensiones, que sean reducidas; pero, también, que posea algún tipo de elemento de resistencia: lo mejor es no elegir algo que tenga que ver con los plásticos y apostar por algo más compacto, como puede ser una cobertura metálica, en especial, el aluminio, que va a absorber los golpes. Claro que, en el mercado, no es raro encontrar maletines especiales para poder proteger nuestro portátil, con las mejores garantías.
→ La autonomía: o sea, las horas en las que el portátil va a poder funcionar sin tener que estar conectado a la red eléctrica. Esto va a ser algo fundamental, si vamos a usar el ordenador, en muchas ocasiones, en lugares donde no lo podamos enchufar. Esto va a estar relacionado con el procesador y/o procesador de pantalla, ya que estos elementos van a consumir mucha energía. Los procesadores que, hoy en día, encontramos en el mercado, poseen un mayor número de núcleos, que son muy potentes, pero, al mismo tiempo, van a gestionar mucho mejor el consumo que los antiguos ordenadores poseían, de un único núcleo.
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