En el modo “predeterminado”, nos encontraremos con varias opciones fijas, con las que podremos jugar para poder decidir qué balance nos va a interesar más y en el experto, que es un método de balance manual, que está basado en un contraste visual de pantalla, que es muy intuitivo, que nos va a permitir corregir características como son el brillo como las desviaciones de color. Para terminar, el programa de Apple va a guardar las distintas configuraciones de calibrado para poder aplicarlas, de forma directa, en unas ocasiones futuras, según las necesidades y la luz de ambiente.
→ Windows: dentro del “Panel de control > Apariencia y personalización > Pantallas > Calibrar color. Aquí nos vamos a encontrar con un test parecido, que es muy intuitivo y eficaz, para poder ponderar la luminosidad y los equilibrios de color, en la pantalla. Al finalizar, el test de Windows va a permitir comparar entre la nueva configuración y la antigua, para poder decidir por cuál vamos a apostar, aunque no va a guardar ninguna. También, tenemos el test “Clear Type” que nos va a ayudar a escoger la definición de letra que más se adapte a nuestro punto de vista.
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